¿Qué es el Laicismo?
Algunos afirman que Europa y España tienen raíces cristianas, que su historia solo es comprensible desde la Iglesia o las iglesias cristianas. En parte, tienen razón: desde el emperador Constantino (que oficializó el cristianismo en el Imperio) y el emperador Teodosio (que lo declaró única religión del Imperio), el cristianismo ha tenido patente de corso en Europa y en España, de tal forma que ha creado desde entonces una simbiosis fuertemente arraigada entre el poder civil y el poder eclesiástico. La historia de Europa y de España es la historia del mutuo sostenimiento del poder eclesiástico (el pueblo estaba al margen) y el poder civil (reyes, nobleza y burguesía dominante, también con el pueblo al margen).
Sobre todo desde la Ilustración ha ido creciendo en el mundo un movimiento hacia el laicismo. Cada vez más se ha ido sintiendo la necesidad de la separación real de las instituciones públicas de un Estado respecto de las instituciones privadas, principalmente religiosas o eclesiásticas. Eso no quiere decir que el laicismo niegue o busque la aniquilación de las creencias religiosas.
La religión fundamenta un derecho a la libertad religiosa y a la libertad de creencias y de culto, pero tal derecho está circunscrito al ámbito de lo privado. El derecho a la libertad religiosa conlleva asimismo su posible exteriorización social, pero siempre como fenómeno social privado. El derecho a la libertad religiosa forma parte del conjunto de todos los derechos humanos declarados por la ONU, y de los derechos civiles o cívicos existentes en cada Estado. Sin embargo, ninguna religión tiene bajo ningún concepto derecho a imponer sus creencias y sus normas de conducta en una determinada sociedad o Estado.
El laicismo, a su vez, es un principio indisociable de la democracia, que incluso garantiza el respeto a todas las creencias de la ciudadanía, con tal de que no entren en contradicción con las leyes fundamentales de un país. Las creencias son derechos de carácter privado, y nunca deben convertirse en principios obligatorios colectivos de un país.
Un Estado laico es aconfesional, no tiene ninguna confesión como tal (como la partícula privativa o afijo “a” del término “aconfesional” indica, es un Estado que reconoce el derecho de todas las confesiones, pero no se adscribe como tal a ninguna de ellas). En un Estado laico todos son iguales ante la Constitución (única y suprema ley de todos los ciudadanos) y las leyes que democráticamente surgen y se instituyen en los órganos representativos de un país. Ninguna ley o norma privada, por muy importante que algunos la supongan, puede o debe aspirar a regir la vida de los ciudadanos.
Debido a todo ello, ha surgido como Asociación oficialmente registrada
MHUEL (Movimiento Hacia Un Estado Laico)
Está formado por un grupo de ciudadan@s zaragozan@s, que no estamos de acuerdo con el papel que el catolicismo español, y especialmente su jerarquía, ha estado teniendo y sigue teniendo en el ámbito educativo, político, social, económico, moral y costumbres, castrense. etc.
Por ello mismo, much@s queremos también la anulación plena e inmediata del Concordato y los Acuerdo vigentes con el Estado del Vaticano.
Respetamos el derecho que tiene tod@ ciudadan@ a sus creencias, costumbres y tradiciones (también las religiosas), con tal de que sean acordes con la Constitución, pero también queremos vivir y convivir en un país donde sea real una auténtica aconfesionalidad del Estado español.
En resumidas cuentas, queremos avanzar y llegar también a una España laica.
Por todo ello, concretamente nos proponemos trabajar, entre otros objetivos, por:
· Un Estado real y verdaderamente laico
· Una sociedad organizada y estructurada según principios laicos
· facilitar la apostasía de cuantos no quieren seguir adscritos a ninguna lista de la Iglesia Católica y hacer efectiva colectiva y públicamente tal apostasía
· una escuela pública y laica, donde no tengan cabida en horario escolar las clases de Religión (ni sus Alternativas).
· la revisión y ampliación de la actual ley del aborto
· una ley de la eutanasia, que posibilite una muerte digna y lúcida a cuantos opten libremente por ella.
· la no presencia de ninguna autoridad civil, representativa de todos, en actos religiosos.
· la devolución al pueblo del patrimonio artístico y cultural hasta ahora en manos de la Iglesia, así como no hacer pago alguno por el acceso y el disfrute de dicho patrimonio
Estamos abiertos a recibir y a colaborar con cuant@s tengan las mismas inquietudes y los mismos objetivos. No tenéis más que mandar un correo a
mhuelaico@gmail.com.
y seréis bienvenidos.
Puedes encontrar más información sobre MHUEL en
http://www.mhuel.org/
Igualmente, encontrarás más información sobre laicismo, apostasía, otras Organizaciones y Asociaciones nacionales e internacionales sobre Laicismo e incluso unas ráfagas de humor laico.
lunes, 17 de noviembre de 2008
jueves, 13 de noviembre de 2008
artículo de Enrique Ruíz sobre Rouco Varela
Aquí cuelgo el artículo (acetadísimo como todos los suyos) de Enrique Ruíz sobre Rouco Varela.
CIUDADANO ROUCO Y DEMOCRACIA
El ciudadano Rouco Varela, para quien la democracia y sus usos no representa ningún papel en su vida profesional ni personal, acaba de descubrir la necesidad de la democracia: propone un referéndum para “conocer mejor la realidad profunda de la conciencia…de los españoles”, en relación con la legalización del matrimonio homosexual.
El Parlamento español, expresando el pluralismo que refleja la voluntad popular a través de los partidos políticos, ha elaborado una ley justa: trata con igualdad civil a un colectivo minoritario, le concede derechos civiles de los que no gozaban hasta ahora y no le impone ninguna obligación a nadie. Eso es justo.
Pero la legitimidad y justicia democrática de esta ley es puesta en tela de juicio por monseñor Rouco, porque no se ajusta a su particular (y por tanto, privada) concepción moral, ignorando que las decisiones públicas (y una ley lo es) no puede derivar de fuentes de revelación o disposiciones de índole privada y arbitraria.
Estamos convencidos de que existen muchas personas cuya identidad religiosa no es, en sí misma, ni buena ni mala para el sistema democrático. Simplemente, participan en el sistema democrático y lo aceptan. Sin embargo, creemos que personas como el ciudadano Rouco representan un auténtico peligro para la democracia, puesto que careciendo de cualquier representatividad política buscan anular una ley elaborada por el Parlamento, tratando de interferir en las leyes y políticas públicas.
Monseñor sabe que su Iglesia no es una institución deliberativa sino de mando y obediencia férrea, que no duda de sus dogmas, ritos o teología. No está diseñada para dialogar ni debatir, sino para imponer jerárquicamente una doctrina. Como corresponde a una monarquía absoluta, teocrática y medieval.
No obstante, el ciudadano Rouco tiene una ocasión excepcional de demostrar que este furor democrático que le acaba de asaltar (petición de referéndum) es una “conversión” genuina y sincera. Se me ocurre que podría proponer a la sociedad española varias consultas: 1) Someter los Acuerdos con el Vaticano a votación popular; 2) Igualmente con la financiación de la Iglesia católica;3) Derogación de la Ley de Libertad Religiosa; 4) El adoctrinamiento religioso fuera de las escuelas financiadas con fondos públicos. Desde aquí, cuente con nuestro apoyo de antemano. Ánimo, ciudadano Rouco, atrévase.
Si no se atreviese a tanto, le propongo que dé una satisfacción en su propia Casa, y convoque varios referéndums:
- Para suscribir todos los tratados internacionales en los que se recogen los derechos humanos, que representa la Declaración de 1948.
- Por la igualdad efectiva y real de hombres y mujeres.
- Por la libertad de pensamiento y de expresión.
- Por las garantías jurisdiccionales en los juicios por violación de sus propias leyes
- Por que todos sus miembros puedan participar en la designación de cargos públicos.
Todas estas consultas actuarían sobre situaciones lacerantes e injustas. Mientras no se atreva a convocarlas, el monseñor/ciudadano Rouco no tiene ninguna legitimidad moral ni política para darnos lecciones de democracia a los ciudadanos. Y mucho menos para desestabilizar nuestras instituciones democráticas.
Rivas Vaciamadrid, 13 de noviembre de 2008
M. Enrique Ruiz del Rosal
Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid
CIUDADANO ROUCO Y DEMOCRACIA
El ciudadano Rouco Varela, para quien la democracia y sus usos no representa ningún papel en su vida profesional ni personal, acaba de descubrir la necesidad de la democracia: propone un referéndum para “conocer mejor la realidad profunda de la conciencia…de los españoles”, en relación con la legalización del matrimonio homosexual.
El Parlamento español, expresando el pluralismo que refleja la voluntad popular a través de los partidos políticos, ha elaborado una ley justa: trata con igualdad civil a un colectivo minoritario, le concede derechos civiles de los que no gozaban hasta ahora y no le impone ninguna obligación a nadie. Eso es justo.
Pero la legitimidad y justicia democrática de esta ley es puesta en tela de juicio por monseñor Rouco, porque no se ajusta a su particular (y por tanto, privada) concepción moral, ignorando que las decisiones públicas (y una ley lo es) no puede derivar de fuentes de revelación o disposiciones de índole privada y arbitraria.
Estamos convencidos de que existen muchas personas cuya identidad religiosa no es, en sí misma, ni buena ni mala para el sistema democrático. Simplemente, participan en el sistema democrático y lo aceptan. Sin embargo, creemos que personas como el ciudadano Rouco representan un auténtico peligro para la democracia, puesto que careciendo de cualquier representatividad política buscan anular una ley elaborada por el Parlamento, tratando de interferir en las leyes y políticas públicas.
Monseñor sabe que su Iglesia no es una institución deliberativa sino de mando y obediencia férrea, que no duda de sus dogmas, ritos o teología. No está diseñada para dialogar ni debatir, sino para imponer jerárquicamente una doctrina. Como corresponde a una monarquía absoluta, teocrática y medieval.
No obstante, el ciudadano Rouco tiene una ocasión excepcional de demostrar que este furor democrático que le acaba de asaltar (petición de referéndum) es una “conversión” genuina y sincera. Se me ocurre que podría proponer a la sociedad española varias consultas: 1) Someter los Acuerdos con el Vaticano a votación popular; 2) Igualmente con la financiación de la Iglesia católica;3) Derogación de la Ley de Libertad Religiosa; 4) El adoctrinamiento religioso fuera de las escuelas financiadas con fondos públicos. Desde aquí, cuente con nuestro apoyo de antemano. Ánimo, ciudadano Rouco, atrévase.
Si no se atreviese a tanto, le propongo que dé una satisfacción en su propia Casa, y convoque varios referéndums:
- Para suscribir todos los tratados internacionales en los que se recogen los derechos humanos, que representa la Declaración de 1948.
- Por la igualdad efectiva y real de hombres y mujeres.
- Por la libertad de pensamiento y de expresión.
- Por las garantías jurisdiccionales en los juicios por violación de sus propias leyes
- Por que todos sus miembros puedan participar en la designación de cargos públicos.
Todas estas consultas actuarían sobre situaciones lacerantes e injustas. Mientras no se atreva a convocarlas, el monseñor/ciudadano Rouco no tiene ninguna legitimidad moral ni política para darnos lecciones de democracia a los ciudadanos. Y mucho menos para desestabilizar nuestras instituciones democráticas.
Rivas Vaciamadrid, 13 de noviembre de 2008
M. Enrique Ruiz del Rosal
Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid
viernes, 7 de noviembre de 2008
el obispo de Ávila, en los colegios públicos
El Obispo de Ávila, Jesús García Burillo, se está dedicando a visitar los colegios públicos de la capital abulense. Esta "misión pastoral", de por sí inconcebible por el lugar en que se desarrolla, es aún más grave si tenemos en cuenta que se realiza con el beneplácito de la Dirección Provincial de Educación, dependiente de la Junta de Castilla y León.
Se supone que sus sermones, al tener lugar en horario escolar, están dirigidos a todos los niños, sin distinción.
¿Dónde vamos a llegar en esta intromisión de la Iglesia en los asuntos públicos?
Si la Asociación por la Escuela Laica se palnteara hacer lo mismo, ¿lo permitiría la Dirección Provincial de Educación? Fácil es adivinar que no. Pero es que, claro, ellos representan a la única religión verdadera y ello tira mucho.
En fin...
Se supone que sus sermones, al tener lugar en horario escolar, están dirigidos a todos los niños, sin distinción.
¿Dónde vamos a llegar en esta intromisión de la Iglesia en los asuntos públicos?
Si la Asociación por la Escuela Laica se palnteara hacer lo mismo, ¿lo permitiría la Dirección Provincial de Educación? Fácil es adivinar que no. Pero es que, claro, ellos representan a la única religión verdadera y ello tira mucho.
En fin...
lunes, 3 de noviembre de 2008
invitación
Cuando se inaugura algo, lo primero es invitar a los amigos y conocidos para hacerles partícipes de la novedad.
Pues eso quiero hacer: invitar, incluso incitar, a que quiera colabore en este recién nacido blog para aportar información e ideas relacionadas con el laicismo, en un momento de tanto décifit del mismo.
Ójala que este blog dure poco. Como todo lo que se hace con ánimo reivindicativo, lo mejor que puede pasar es que su vida sea efímera, señal de haber logrado, o al menos encauzado, sus objetivos.
Y como laicismo es sinómino de libertad, igualdad y democracia (de la verdadera), pues la pelea bien merece la pena. Enfrete tenemos a los fundamentalismos religiosos y sus privilegios. Y por supuesto a quienes les proporcionan esos privilegios.
Así pues, a eso os emplazo. Entre todos podemos.
Un saludo
Pues eso quiero hacer: invitar, incluso incitar, a que quiera colabore en este recién nacido blog para aportar información e ideas relacionadas con el laicismo, en un momento de tanto décifit del mismo.
Ójala que este blog dure poco. Como todo lo que se hace con ánimo reivindicativo, lo mejor que puede pasar es que su vida sea efímera, señal de haber logrado, o al menos encauzado, sus objetivos.
Y como laicismo es sinómino de libertad, igualdad y democracia (de la verdadera), pues la pelea bien merece la pena. Enfrete tenemos a los fundamentalismos religiosos y sus privilegios. Y por supuesto a quienes les proporcionan esos privilegios.
Así pues, a eso os emplazo. Entre todos podemos.
Un saludo
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